Hadas, monstruos y demás.

martes, 5 de mayo de 2015 - Publicado por Alba Palomo en 8:00
Después de muchas semanas buscando mi creación al fin la he encontrado. Creo que con tanto colorido y tanto beso recibido en aquella clase al aire libre, mi hada cobró vida y se escapó a un lugar imposible de encontrar. Pero como en esta vida nada es imposible (o eso dicen) aquí está de vuelta, sana y salva:



En aquella clase pusimos en común todos los trabajos creados por los diferentes grupos y fue curioso ver que, primeramente, el grupo de las marionetas estaba compuesto por chicas en su gran mayoría a excepción de un chico. Dato curioso.
En el grupo de los dibujos había variedad a decir verdad pero a continuación hablaré de un detalle que no creo que haya que pasar por alto: todos los dibujos de los chicos eran monstruos y todos los dibujos de las chicas eran hadas. Yo siendo chica no había caído en este hecho ni siquiera caí en hacer un monstruo en lugar de un hada para ser la excepción. He de decir que no fue por nada en especial sino que ya tenía la idea formada de como quería o como me imaginaba yo que era un hada y me puse a ello. No menos curioso este dato tampoco.
En el grupo de "a lo grande" también estaba formado de manera variada y no pude destacar ningún dato curioso ya que el objeto de creación era grupal. Habría que haberles preguntado si los propios miembros del grupo habrían observado algo.

De esta práctica me llevo la visión que tenemos de los personajes fantásticos, tan influenciada por Disney y compañía, ya que tal es esa influencia que cuesta mucho crear este tipo de personajes sin tener una característica parecida a los ya creados. Se nos apaga la imaginación y eso no puede ser. Todo el mundo debe respetar la imagen propia y mental que tiene cada uno de las cosas porque es algo que no hace diferentes y es lo que alimenta a que cada persona tiene diferentes puntos de vista de las cosas, por ello, no todo es blanco o negro, hay que saber apreciar los grises, los rojos y todas las tonalidades de colores porque la variedad enriquece.